Cosiendo para que ellas sí puedan ir a la escuela
Cada día que una niña etíope no acude a la escuela durante su menstruación, es una piedra en el camino de su desarrollo educativo y personal. En concreto, en Meki (Etiopía), donde trabajamos desde hace más de 10 años, las jóvenes no cuentan con recursos ni educación sanitaria para poder compaginar su periodo menstrual con la escuela, por lo que durante estos días del mes se quedan en casa. Muchas veces, esto hace que las niñas se vayan desvinculando del curso escolar, y poco a poco van cambiando las clases por el trabajo encasa, ayudando a sus familias.
En el Centro Kidist Mariam, desde hace varios años, iniciamos con un grupo de mujeres una cooperativa de costura, en la que se elaboran compresas reutilizables de tela, entre otros elementos y prendas, como uniformes escolares. Las compresas reutilizables son un producto sencillo de hacer, compuesto por un porta-compresas y varios paños, pero que cumple una función muy importante al permitir que las niñas puedan seguir yendo a la escuela durante la menstruación. El año pasado, repartimos un total de 3.200 compresas reutilizables, a través del programa Aulas por la Igualdad, que se realiza en varias escuelas de la zona.
Gracias a la motivación de sus integrantes, la cooperativa está funcionando muy bien, y ahora cuenta con nuevos estabilizadores eléctricos y telas, que hemos conseguido con el apoyo del Ayuntamiento de Valladolid y el Ayuntamiento de Castellón. La mejora del equipamiento de la cooperativa facilita el proceso de confección y, aunque la producción de la cooperativa aún es limitada, sus integrantes se sienten muy contentas y orgullosas de su trabajo. Hace no mucho que estaban dando sus primeras clases como estudiantes del Centro Kidist Mariam, y ahora pueden poner en práctica lo aprendido, además de ganar un pequeño ingreso económico.

Un ejemplo de ello es Kokobe. Ella tiene 22 años y es la quinta hija de siete. Quería emigrar a los países árabes para trabajar y ayudar a su familia cuando llegó la pandemia y no pudo abandonar Etiopía. Está feliz de no haberlo hecho porque recibió una beca para estudiar en el Centro Kidist Mariam, está en segundo nivel de costura y participa en la cooperativa, elaborando compresas sanitarias lavables que se distribuirán a las niñas de las escuelas rurales.
Está orgullosa de hacerlas porque recuerda cuántas veces dejó de ir a la escuela cuando tenía la menstruación de adolescente. Debido a eso, perdió muchas clases, no pudo aprobar algunos exámenes finales y al final dejó la escuela para ayudar a su madre en casa. Cuando prepara las compresas le comenta a su maestra que está muy orgullosa de ayudar a las niñas para que no pierdan clases: "Estoy contribuyendo un poco a mejorar su educación, y eso es muy importante para mí".

La cooperativa cumple con una función formativa y a la vez de impulso del empleo y el empoderamiento económico y social de las mujeres de Meki, que muchas veces ven su actividad limitada al cuidado del hogar y la familia, por cuestiones culturales y falta de oportunidades educativas.
Este proyecto ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Valladolid y el Ayuntamiento de Castellón. ¡Muchas gracias!
